El hombre y la mujer, por naturaleza, son diferentes. Ninguno es mejor que otro, fueron creados para complementarse y enriquecerse de forma recíproca, estableciendo un equilibrio entre los defectos y virtudes que ambos tienen.
Complemento necesario
Tanto el hombre como la mujer, son lo suficientemente capaces para desempeñar cualquier cargo, profesión u oficio; solo que su misma naturaleza establece los pro y los contra en determinadas funciones y/o situaciones específicas. Las semejanzas y diferencias entre hombres y mujeres, no se presentan en el tipo de trabajo que realizan, sino en la forma como enfrentan su vida profesional.
“El mundo de la empresa es un mundo complejo, y ninguno de los dos modelos de trabajo puede proporcionar una organización equilibrada sin el complemento del otro. Pero no sólo es necesario lograr un equilibrio entre las habilidades masculinas y femeninas en el seno de la organización; también es preciso que ese equilibrio se dé en cada hombre y cada mujer pues, como personas, se enriquecen mutuamente. Las mujeres humanizarán y matizarán con su sensibilidad la tendencia competitiva de ellos, y los hombres reafirmarán a sus compañeras en su trabajo animándolas a tomar decisiones, a confiar en sí mismas y a trabajar inteligentemente y con flexibilidad”, expresa Carlota de Barcino del portal Mujer Nueva.
Características del hombre y la mujer en el mundo laboral
No se puede generalizar, todos los seres humanos son únicos, habrán hombres que presenten algunas capacidades de las mujeres o viceversa, pero existe una tendencia general en ambos sexos:
Mujer
• Mayor capacidad de escucha.
• Habilidad de convencer y persuadir, además de su afectividad y empatía.
• Puede manejar varios temas al mismo tiempo, sin perder la concentración.
• Capacidad para dirigir equipos multidisciplinarios.
• Percibe con facilidad el estado de ánimo de sus compañeros de trabajo.
• Es más comunicativa, emocional y expresiva.
• Se compromete con su trabajo y suele ser más responsable.
• Es organizada y minuciosa.
• Se le dificulta ser concreta y simple.
• Por lo general, las críticas a su trabajo las asume como un juicio personal.
Hombre
• Es más práctico y simple.
• Tiene metas concretas.
• Pensamiento teórico.
• Más capacidad para trabajar bajo presión.
• Habilidad para dirigir equipos especializados.
• Establece límites entre la vida personal y laboral.
• Es competitivo, muchas veces sin importar los medios para llegar a su fin.
• Tendencia a buscar el control y el poder sobre los demás.
• Es poco cuidadoso de los detalles (ejemplo: fechas de cumpleaños de sus compañeros)
• Suele ser más dependiente de sus colaboradores, en el caso de los jefes.
Ajenos a querer formar una guerra de sexos, lo que se propone es buscar el equilibrio y llenar los vacíos que uno tiene con las virtudes del otro, de esta forma el trabajo será más efectivo, ameno y enriquecedor.
Fuentes: mujernueva.org, gestion.pe, asimet.cl