En pocos días desde su estreno en Netflix, la película brasileña Inexplicable (Inexplicável) se convirtió en un fenómeno. Dirigido por Fabrício Bittar, este drama conmovió a miles de espectadores y escaló rápidamente al Top 10 de la plataforma en 19 países, posicionándose como el tercer filme en lengua no inglesa más visto en el mundo, según la revista Veja.
Más allá de su potente carga emocional, gran parte del interés por esta película radica en que está inspirada en hechos reales: la historia de Gabriel Montenegro Varandas, un niño de João Pessoa que, tras ser desahuciado por la medicina, vivió una recuperación que aún hoy es considerada un misterio.
La película está basada en el libro O Menino que Queria Jogar Futebol (El niño que quería jugar al fútbol, 2018), escrito por el periodista Phelipe Caldas. En sus páginas se narra el difícil camino que recorrió Gabriel entre 2013 y 2014, cuando, con apenas 8 años, fue diagnosticado con un tumor cerebral maligno. Su caso aún sigue siendo objeto de estudio médico, al no contar con una explicación científica clara.
La vida después del milagro
Gabriel pasó 37 días internado y fue sometido a más de 30 procedimientos quirúrgicos. Al regresar a casa, no podía caminar, hablar ni recordar. Sin embargo, contra todo pronóstico, logró recuperarse. Hoy, con 20 años, cursa estudios universitarios y tiene grandes proyectos para el futuro.
“Gabriel estudia administración de empresas y está creando una start-up para facilitar la conexión entre pacientes y psicólogos”, contó su padre en una entrevista para Globo. El emprendimiento incluso fue presentado en una competencia y obtuvo el séptimo lugar.
Con la llegada de su historia a la pantalla grande, la familia vive una mezcla de emociones. La exposición pública ha reavivado recuerdos difíciles, pero también ha permitido compartir un mensaje de esperanza que ya está inspirando a miles de personas en todo el mundo.
Inexplicable: una historia real que toca el alma
Hay películas que entretienen, otras que enseñan… y otras que tocan el alma. Inexplicable, pertenece sin duda a esta última categoría.
Desde los primeros minutos, la película logra conectar profundamente con quienes somos padres. Ver a ese pequeño luchar por su vida es devastador, pero lo que más conmueve es el amor y la fe inquebrantable de su familia. Es una historia que sacude el corazón, que nos enfrenta a nuestros propios miedos y nos recuerda la fragilidad de la vida.
La madre de Gabriel se convierte en un verdadero pilar de esperanza: una mujer que nunca pierde la fe, aun cuando todo parece estar perdido. En contraste, el padre encarna otra dimensión del dolor: el enojo, la rebeldía, la dificultad de aceptar lo que no se entiende. Es imposible no verse reflejado en sus emociones. Y, sin embargo, pese a estas diferencias, ambos se mantuvieron unidos. Su amor como pareja y su compromiso como padres los sostuvo en medio de la tormenta, luchando codo a codo por la vida de su hijo.
Lo más impactante de la película es cómo muestra que la fe puede ser un soporte cuando la ciencia se queda sin respuestas. La fe aparece no como una solución mágica, sino como una fuerza que sostiene, que acompaña, que permite seguir adelante cuando ya no hay certezas. Inexplicable nos recuerda que los milagros existen, y que muchas veces suceden en el interior, donde nadie más los ve.
Esta no es solo una película sobre una enfermedad. Es un testimonio poderoso sobre el amor, el sufrimiento y la esperanza. Una invitación a detenernos, mirar hacia adentro y preguntarnos: ¿Dónde encontramos apoyo cuando todo se tambalea? ¿Qué lugar ocupa la fe en nuestras vidas?
Si eres mamá, papá, o simplemente alguien que ha atravesado el dolor, esta historia te va a tocar el corazón, prepara el pañuelo.
Por Natalia Posada – Directora LaFamilia.info
