¿Sabemos amar?

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En las conversaciones de las mentorías que llevo a cabo, me encuentro con personas que no saben amar. Se confunde el amor con un sentimiento. Esto es un motivo por el cual se producen muchas rupturas de pareja. Se olvida que los sentimientos y emociones cambian con frecuencia.

La necesidad más profunda del ser humano es amar y sentirse amado”. Esta frase la he leído en bastantes libros y documentos, además de ser una experiencia universal. Me gusta decir quepara ser feliz hace falta: saber amar, saberse amado y tener un proyecto claro de vida.

Después de reflexionar sobre en qué consiste “amar y sentirse amado”, llego a la conclusión de que es una condición para ser feliz. Parece que sentirse amado es más fácil conseguir, ya que depende en buena parte de las demostraciones de cariño de las personas que nos aman. Pero también es importante dejarse amar. En este caso lo importante no es lo que yo hago por los demás, mi servicio, mi generosidad. Dejarse amar es reconocer con gratitud lo que, quien me ama, hace por mí. Ese “sentirnos amados” puede variar de una persona a otra. Cada uno tiene su forma de entender y preferir esas manifestaciones que muestran el cariño.

La felicidad está relacionada con el amor y el amor tiene que ver con la entrega y servicio al otro. Querer supone con frecuencia sacrificio, generosidad, saber perdonar, olvidarse de sí mismo. Solo cuando estamos dispuestos a darlo todo a cambio de nada es cuándo más nos acercamos a ser felices, a poder vivir una vida y un amor pleno.

Si tuviera que resumir en dos palabras cómo demostrar el amor, destacaría el tiempo y el cariño. Dedicar tiempo, no solo en cantidad, sino de calidad, ya que la relación, el trato, es la base del conocimiento mutuo y eso requiere tiempo. Y el conocimiento mutuo es la base del amor.

El cariño se refleja en los detalles. Supone ayudar, sorprender gratamente, regalar, aunque no suponga gastarse dinero. ¿Cuánto vale una sonrisa? También se demuestra con palabras diciéndolo cuando sea necesario.

Los amores que se dejan llevar por el sentimiento sin pasar por la inteligencia con frecuencia producen mucho sufrimiento. Sentimiento, sí. Inteligencia también. Voluntad, sin duda. Si te enamoras y si pasas por malos momentos, no te dejes llevar solo por los sentimientos. Estos son cambiantes, dependen de muchos factores y circunstancias. Las razones son más estables. Permanecen en el tiempo.

Aunque en castellano se suele utilizar indistintamente amar y querer, podemos distinguir entre esos dos términos, si identificamos amar con el verdadero amor. Me gusta una canción que se titula “Amar y querer” donde se indican las características de cada término.

Si queremos ser felices, me parece importante que nos preguntemos: ¿Sabemos querer de verdad? ¿Dedico el tiempo necesario y manifiesto detalles de cariño a las personas que quiero?

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José Miguel Ponce

Nació en Sevilla, España. Profesor universitario y Mentor. Especialista en Marketing y Gestión de Servicios, Calidad de Servicio, Marketing Financiero, el Marketing de ideas, valores y estilos de vida. «Estoy convencido de que la necesidad más profunda del ser humano es querer y sentirse querido».

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