infocatolica – 8.11.2021
El Padre Patxi Bronchalo, párroco de una parroquia en Madrid, España, es el autor del libro “Cuando el Sexo te Atrapa”, el cual habla sobre el daño que hace la pornografía a nivel personal, matrimonial y familiar:
“A mí me lo hizo en la adolescencia. A mucha gente tiene atrapada. Y he estudiado el tema para tratar de ayudar a otros” anota el Padre. A continuación compartimos su escrito al respecto:
Hablo con personas que tienen auténticos dramas. Lamento mucho que hay solicitudes que no puedo ni responder por encontrarme desbordado. Os cuento la verdad de lo que hay.
La pornografía cosifica a las personas, es decir, nos hace verlas como objetos para usar, especialmente a las mujeres. Es lo contrario de amar. Nunca se ha hablado más de defensa de la mujer que en nuestro tiempo. Nunca ha estado tan atacada como con el porno.
La pornografía es muy adictiva. En el cerebro funciona igual que una droga. Esto es ciencia. Destroza vidas, rompe matrimonios, incapacita a los jóvenes a amarse bien en el noviazgo. Hay gente que tiene que llegar a ir a grupos de terapia o centros en los que desengancharse.
La edad media en que un niño ve una imagen pornográfica son 8 años. Imaginaros el efecto que causa en su cerebro. A los 12 ya hay muchos que están enganchados a eso que ven. Padres: os remito a las publicaciones de @AnnaPlans_ para saber más sobre esto.
A raíz de escribir el libro he podido dar muchas charlas del tema, lo que me ha permitido ver mejor hasta qué punto hay adolescentes y adultos rotos por esto. Y eso para mí es un gran sufrimiento. Lo que produce el consumo de porno no es un juego ni es una broma: es un drama.
¿Os acordáis cuando todo el mundo fumaba? Hoy se conocen los efectos del tabaco y su relación directa con enfermedad cardiacas y pulmonares. Con el tiempo veremos cada vez más que el consumo de pornografía, hoy normalizado, traerá cada vez efectos sociales más devastadores.
Voy a contaros más cosas. La industria del porno mueve muchísimo dinero. ¿Cómo lo hace, si es gratis? Porque no todo es gratis, y como el porno engancha tanto, quien se va volviendo adicto puede empezar a pagar por suscripciones, contenido exclusivo, webcams, festivales, etc.
Los efectos malos del porno están más que estudiados y demostrados. La industria que hay detrás para mantener el negocio tiene que hacer todo un esfuerzo de blanqueo. Si queréis saber más de esto buscad en YouTube vídeo de Ismael López Fauste, que trabajó en este blanqueo.
Hay muchos modos. Uno de ellos es normalizar a los actores dándoles visibilidad. No es raro que aparezcan en programas destinados a los jóvenes, por ejemplo «La Resistencia». La foto que os digo contribuye también a la normalización. Es hacer un favor a la industria del porno.
¿Habéis pensado alguna vez que hay detrás de un joven que se hace actor o actriz porno? ¿Por qué entran ahí? Ningún adolescente psico-afectivamente cabal y sano quiere esto. No te dirán que es su sueño para trabajar de mayores.
Detrás de un chico o chica que entra en este mundo hay muchas heridas psico-afectivas. Una búsqueda rápida en Google la hará encontrar muchos testimonios de chicas que entraron ahí huyendo de su casa, o buscando llenar carencias afectivas a causa de maltratos, abusos o abandonos. Todo esto la industria no te lo cuenta.
Otra búsqueda rápida en Google os hará ver el drama que muchos han vivido. El porno es mentira, es ficción. Horas y horas de grabación, un mercado de carne en el que se compite y gana quien esté dispuesto a hacer cosas más vejatorias.
No olvidéis que aunque haya quien piense que es solo físico también afecta al alma Aguantar esto supone que muchos toman drogas para ello, y terminan enganchados a ellas, y con una muerte prematura.
Un estudio de EEUU que pude leer revela que la esperanza media de vida de las pornostars es de 36,2 años. Muchos mueren pronto por las drogas o las ETS. O no aguantan lo que han vivido y se quitan la vida. La tasa de suicido en este mundo es 4 veces más alta que en otros.
Detrás de estos chicos, y sobre todo chicas, que esa industria quiere normalizar algo que genera mucho sufrimiento y viene de mucho sufrimiento. No olvidemos que estas personas son hijas de Dios. Víctimas de un mercado que lo único que quiere es crecer y ganar más y más dinero.
Quizás mientras escribo esto algún vecino está consumiendo pornografía, víctima de un enganche serio. Quizás en la escena que está viendo haya una mujer que está drogada, o un hombre que ya está muerto.
Me duelen mucho estos temas. Quiero que conozcáis todo lo que os he dicho. Y desde aquí pido a este sacerdote, si llega a leerme, que piense todo esto y retire la foto y el comentario. Es una imprudencia. Somos servidores de Dios y sanadores de las almas rotas. Actuemos así.
Y ya sabéis, rezad por mí, por favor. Y no seáis ingenuos con el tema de la pornografía.
Añado algo. Cuenta muy buena que podéis seguir aquí y que por ayudar a quien tiene adicción a la pornografía: @dale_una_vuelta Y que dan buenos materiales para educar en el amor verdadero: @sexoseguro. Seguro muchas más, os animo a compartirlas.