El video del Papa – 01.11.2022
“Un niño abandonado es culpa nuestra”, dice Francisco en El Video del Papa de noviembre. Francisco hace un fuerte llamado por las extremas condiciones en las que viven millones de niños y niñas en el mundo.
Cada niño tiene derecho a jugar, a estudiar y a soñar, y el Santo Padre pide asumir responsabilidades y no olvidar que se trata de “seres humanos con un nombre, con un rostro propio, con una identidad que Dios les ha dado”.
Este mes, las palabras de Francisco van dirigidas a los más pequeños, los niños y niñas que son olvidados, que sufren a diario el rechazo, la indigencia, la pobreza y todo tipo de conflicto, sin una oportunidad real de crecimiento y desarrollo y sin acceder a derechos básicos. Son “condiciones muy parecidas a la esclavitud”, clama el Papa al referirse a los millones de niños y niñas que sufren bajo estas circunstancias, bajo un “sistema que los adultos hemos construido”.
{module Por los niños y niñas que sufren}
El mensaje de El Video del Papa clama por los derechos fundamentales de los niños, y pide rezar para que accedan a los servicios más básicos y al calor y amor de una familia: “No podemos permitir más que se sientan solos y abandonados; necesitan poder recibir una educación y sentir el amor de una familia para saber que Dios no los olvida”.
No son números, son seres humanos
Para enmarcar el trasfondo del mensaje de este mes, basta con recordar algunas referencias mundiales. UNICEF subraya que 1000 millones de niños en todo el mundo viven en una pobreza multidimensional (no tienen acceso a la educación, la salud, la vivienda, la alimentación, la sanidad o al agua) y estima que 153 millones de niños son huérfanos. Por otro lado, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU manifestó en una carta reciente que “a finales del año pasado, más de 450 millones de niños —uno de cada seis— vivían en una zona de conflicto, la cifra más alta en 20 años. Una cifra récord de 36,5 millones de niños fueron desplazados de sus hogares como consecuencia de conflictos, violencia y otras crisis”.
El Papa Francisco insiste en señalar que “son seres humanos con un nombre, con un rostro propio, con una identidad que Dios les ha dado” y, como tales, los adultos no podemos cerrar los ojos. Para el Santo Padre, “un niño abandonado es culpa nuestra”, no podemos permitir más que se sientan solos.
Derecho a estudiar, a soñar, al calor de una familia
El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comentó a propósito de esta intención: “Ante tanto sufrimiento de niños y niñas en el mundo, a los cuales se les ha robado la infancia, los juegos y los sueños, ¿qué podemos hacer? En medio de tantas crisis imprevistas, como la de nuestra casa común en fuego, el Covid-19, la guerra y su escalada, la crisis económica, ¿cuántas son las pandemias invisibles?
Este mes, Francisco abre nuestros ojos, oídos y corazón a millones de niños y niñas olvidados, que sufren en silencio en las calles, en trabajos oscuros, víctimas de la violencia y de la guerra, migrantes y refugiados. Frente a la indiferencia o la impotencia podemos orar. ‘Rezar es encender una luz en la noche’, dijo Francisco en la celebración de la Santa Misa del 29 de noviembre del 2020. Rezar nos hace salir de la indiferencia, la oración se convierte en acción. Escuchemos: ‘¡Cada niño marginado, abandonado por su familia, sin escolarización, sin atención médica, es un grito! Un grito que se eleva a Dios y acusa al sistema que los adultos hemos construido’”.
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