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Cómo explicarles a los hijos que la economía familiar se encuentra en crisis, no es tarea fácil, pero mucho peor es ocultar una realidad que tarde o temprano los afectará y deberán entre todos, comprometerse a salir adelante. Se ha de hablar por tanto, sobre los retos a los que deberán enfrentarse.
Los cambios no dejan de ser inquietantes, y más aún cuando se trata de la estabilidad económica de una familia, donde los intereses y bienestar de sus miembros se verán alterados. Cuando una situación de desempleo, reducción de ingresos o algún siniestro inesperado (robos, catástrofes naturales, muerte de uno de los padres, etc.) se presenta, los desajustes en las finanzas familiares no se hacen esperar. Surge la necesidad entonces, de tomar medidas que ayuden a sobrellevar este aprieto y estimular además, a que cada uno ponga su granito de arena con el fin de equilibrar las cargas.
¿Cómo decirles a los hijos?
En la mayoría de los casos, las crisis económicas son previsibles y en cierto modo, pueden tratarse antes de tocar fondo. Es en este momento, donde los adultos deben hacer un alto en el camino y replantearse cada uno de los egresos que tiene la familia y la capacidad de cubrirlos con los ingresos reales. Una vez hecho este análisis, los padres deben hacerle saber a sus hijos lo que está ocurriendo, quienes por pequeños que sean, podrán percibir el ambiente tenso que regularmente genera este tipo de circunstancia.
Se debe presentar la crisis como una situación que merece atención inmediata pero tampoco dramatizar el asunto. Unas palabras alentadoras que impliquen superación y oportunidad, surgen mejor efecto que un mensaje derrotista. Se ha de hablar con claridad sobre los cambios que enfrentará la familia e invitarlos a tener conciencia sobre el apoyo que cada uno puede brindar, por más mínima que parezca la contribución.
Por obvias razones, la información que se le presente a los hijos, debe ser acorde al nivel de comprensión que supone la edad. En especial, los niños más pequeños, pueden sentir temor al respecto e incluso llegan a fantasear en cuanto al lugar de vivienda, el colegio, etc. Lo que amerita vigilancia por parte de los padres. En el caso de los hijos más grandes, se podrán dar mayores detalles, pues se considera que a su edad, ya son conscientes del valor del dinero y de la necesidad de éste para adquirir bienes materiales.
Cuando se les hace saber a los hijos lo que ocurre en casa, ellos entenderán mejor por qué se les niega un juguete, un vestido o el viaje de vacaciones… Esta plática facilitará las cosas y también será un aprendizaje valioso para los hijos: vivir en un ambiente austero pero con mucho calor de hogar.